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cocina familiarLa cocina familiar es una pieza fundamental de la vivienda. No solo se trata del lugar donde se cocina y se come, también delimita funciones tales como las de ubicar a niños pequeños que puedan jugar en el suelo, niños en edad escolar que hagan los deberes en la mesa o que jueguen en un jardín adyacente.

La cocina familiar debe estar bien conectada con los accesos al exterior, tanto para reducir las distancias necesarias para introducir las compras, como para retirar los cubos de basura, tener un acceso cómodo a una segunda nevera-congelador y acceso al jardín exterior para comer al aire libre o incluso preparar comidas en el exterior, etc.

En caso de cocinas americanas o comedor-cocina, la zona de acceso debe ser la delimitada como comedor, a fin de evitar huéspedes caminando por la zona de trabajo de la cocina.

Muchos propietarios subestiman la cantidad de tiempo que emplean en la cocina cada uno de los miembros de la familia, y acaban ubicando la cocina en lugares poco prácticos y mal orientados, mientras que otorgan un lugar privilegiado a la sala de comedor que, a menudosólo se utiliza un par de veces al año. A excepción de los propietarios de alto nivel adquisitivo que pueden permitirse contratar personal o servicios de restauración externos, un comedor independiente se ha convertido en gran medida en un anacronismo para la mayoría de las familias. El comedor independiente también implica mucho más trabajo en la colocación y limpieza de la mesa. En este sentido, las cocinas modernas apuestan por integrar el comedor y la cocina en un espacio común delimitado por una barra americana.

Uno de los elementos esenciales para la cocina-comedor, que no puede ser sobreestimado, es disponer de una separación entre el área de cocina y comedor, con un mínimo de 1,20 mts. de altura. Esto puede tomar la forma mediante un estante con unos armarios superiores o un almacenamiento de esta altura, frente al comedor. Este elemento de pantalla permite que mientras se esté sentado a la mesa del salón, comiendo, se esconda el inevitable desorden creado al servir una comida.