Frigoríficos y neveras

Los frigoríficos forman la tercera parte del triángulo de trabajo de una cocina, por lo tanto se usan con bastante frecuencia, es por ello que su ubicación y distancia respecto los otros lados del triángulo de trabajo deben resultar cómodos.

Si el espacio lo permite es recomendable ubicar la parte principal del frigorífico a una altura situada entre la cintura y los ojos de la persona que vaya hacer uso de la cocina.

Los frigoríficos y neveras normalmente cuentan con un congelador integrado que puede estar ubicado en la parte superior o la parte inferior del frigorífico. Es recomendable elegir los frigoríficos combi con el congelador situado en la parte inferior, ya que éste se utiliza con menos frecuencia que la nevera y la ubicación de la misma en la parte superior facilita el acceso.

Las cocinas más sofisticadas cuentan con un mueble columna con horno y microondas integrados, que habitualmente se colocan al lado de los frigoríficos; en estos casos es importante proporcionar un buen aislamiento térmico entre el horno y el frigorífico para mejorar la eficacia energética de la nevera.

La elección del frigorífico para nuestra cocina vendrá determinada por las medidas, la ubicación y la eficiencia energética del electrodoméstico: los frigoríficos que disponen de dos compresores, uno para la refrigeración y otro para la congelación, son más eficientes, ya que al abrirse menos la puerta del congelador, evitaremos que el compresor de éste se ponga en funcionamiento constantemente.

Para que la eficiencia energética del frigorífico mejore es recomendable que la parte posterior del electrodoméstico esté ventilado, ya que el intercambiador de calor externo se encuentra en la parte trasera del aparato.

En los casos en los que se quiera cambiar un frigorífico antiguo por uno más moderno hay que tener precauciones a la hora de desplazar o manipular los frigoríficos antiguos, ya que tiempo atrás se empleaba gas freón como refrigerante, un gas altamente contaminante para la capa de ozono.